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dejaron inutilizada la carretera que unía el Valle de Aridane, en el suroeste de la isla, con su capital, Santa Cruz de La Palma. Las poblaciones de la zona se quedaron aisladas y su principal medio de subsistencia en aquel entonces y aun actualmente, el plátano, debía ser embarcado hacia sus mercados habituales a toda costa.
Las autoridades decidieron que, dadas las circunstancias, la mejor solución para dar salida a la producción platanera en plazo era enlazar por vía marítima las dos localidades.
Las autoridades decidieron que, dadas las circunstancias, la mejor solución para dar salida a la producción platanera en plazo era enlazar por vía marítima las dos localidades.
Dado que el pequeño puerto de Tazacorte (muy cerca del Valle de Aridane) tenía unas reducidas dimensiones, lo mejor sería hacer uso de embarcaciones menores para trasbordar mercancías y pasajeros a los buques fondeados fuera para ser trasladados luego a la capital.
El Gobernador Civil de Santa Cruz de Tenerife, D. Emilio Aspe, realizó los trámites oportunos ante la Compañía Transmediterránea para que dos correillos “playeros” hicieran la ruta Tazacorte-Santa Cruz de La Palma mientras la carretera no fuese recuperada.
Hasta principios de agosto de aquel año, los correillos GOMERA y LANZAROTE fueron quienes, a fuerza de tesón, mantuvieron el servicio operativo a razón de una conexión diaria.
Una vez destruida y retirada la colada magmática, la carretera volvió a estar operativa y los correillos regresaron a sus líneas habituales.
Fuente : http://escoben.blogspot.com/2010_05_01_archive.html
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