ENCUENTRO GRANDES VELEROS 2003

Ocho barcos participan en el encuentro de grandes veleros

El VIII Encuentro Navideño de Grandes Veleros, que se celebra desde ayer y hasta hoy viernes en el puerto de Santa Cruz de La Palma, cuenta con la participación de ocho embarcaciones.

Los veleros que participan en esta jornada son:
el "Twister", "Eendracht", "Antigua",
"Sir Robert Baden Powell",
barcos holandeses;
"Roald Amundson", alemán;
"Lord Nelson", "Stavros Niarchos"; ambos ingleses;
y el "Kragero", de nacionalidad noruega.

Estas embarcaciones tienen previsto salir hoy rumbo a La Gomera, en la que continuarán celebrando las entrañables fiestas navideñas.

El programa de actos de este encuentro incluye también unas jornadas de
puertas abiertas para visitar los veleros, la actuación de Pimienta y Aji y
la batucada, villancicos con la rondalla Renacer, la puesta en marcha de
un mercadillo y rastro en el puerto, una verbena popular con la orquesta Los Geniales y la tradicional exhibición pirotécnica con motivo de las fiestas de Navidad.

EL "GALATEA"


El "Galatea" en el puerto de Santa Cruz de La Palma 1.950

Galatea, Buque Escuela de la Armada Española. 1922-1982
La vida del Galatea estuvo unida a la de muchas familias del Ferrol durante mas de seis décadas, además representa para la Armada un capí­tulo muy importante de su historia ya que a bordo se formaron espacialistas, oficiales y suboficiales que dieron importancia a esta parte de la historia.

El 3 de diciembre de 1896 fué botado en el astillero Anderson Rodgers de Glasgow por encargo de la naviera Sterling and Company, precisamente donde se encuentra hoy en dí­a.
El casco era de acero en su totalidad, desplazaba 2757 toneladas, tení­a una eslora de 74,87 metros, una manga de 11,85 y un puntal de 7,85 con un calado a proa de 5,20 y de 5,80 en la popa.
La superficie vélica tení­a unos 2800 metros cuadrados, repartidos entre 21 velas y un palo mayor de 54 metros de altura.Visto de costado era muy bonito y mas airoso que el actual buque escuela(Elcano) al menos para mi gusto.
Sus armadores lo llamaron "Glenlee" y lo usaron para el transporte de grano, con muchos viajes que uní­an Gran Bretaña con Australia, Nueva Zelanda y otros sitios del Pací­fico.

Despues de dos años de servicio fué vendido a otra naviera británica porque los dueños preferí­an la propulsión a vapor. Durante aquelos años España estaba en un momento difí­cil por los conflictos en las colonias que le quedaban.En la nueva compañia cambió su nombre por el de "Islamount" y continuó con las rutas originales. Al estallar la Primera Guerra Mundial las estructuras británicas se alteraron y debido a la necesidad de buques de guerra fué requisado por la Royal Navy para el Servicio de Control de Buques, donde hizo su misión de un modo excelente.

Cuando acabó la guerra, el Islamount volvió a las rutas de Oceaní­a.En noviembre de 1919 hizo su último viaje con pabellón inglés. Hasta entonces tuvo mas de 5000 dí­as de mar, 4 viajes de curcunnavegación, atravesó el Cabo de Hornos 16 veces y un total de 15 viajes.

Se puso en venta para la naviera genovesa Stella, Societá Italiana di Navegazione, donde recibió el nombre de "Clarastella". Los nuevos armadores le pusieron propulsión mecánica, poniéndole en la popa dos motores diesel Ansaldo, de 450 cv cada uno que accionaban dos hélices tripala en las aletas y con arbotantes de sujección en la cola de los ejes y le daban un andar de 8 nudos. Otra modificaciones fueron la colocación de dos chimeneas, la eliminación de varias vergas, la mejora de los alojamientos de la tripulación y se instaló electricidad. Su pertenencia a la Marina Mercante Italiana fué muy corta (3 años) y precisamente por entonces en España se buscaba un velero con unas caracterí­sticas especí­ficas.

En la Armada habí­a otro barco de vela, el Nautilus que era buque-escuela, pero no tení­a buenas condiciones para esa función, por lo tanto aprovechando los créditos de la llamada Ley Miranda buscaron un sustituto y por eso vino a España el Clarastella.

Comprado por 650.000 pesetas, siendo Presidente del Gobierno Antonio Maura y Ministro de Marina el Marqués de la Cortina,su compra provocó muchas quejas contra el gobierno,porque cualquier gasto para el ejército era mal visto por la ciudadaní­a, aunque en este caso es otra muestra de la ignorancia en cuestiones marí­timas.

Se hizo una revisión en el Astillero de Cantieri Navale y de ahí­ zarpó a España; su primer puerto fué Cartagena con pabellón español el 14 de diciembre de 1922. El casco aún era negro y las autoridades navales lo llamaron "Galatea". Desde Cartagena lo llevaron a los astilleros Echevarrieta y Larrinaga de Cádiz, donde lo transformaron en Buque-Escuela de Guardiamarinas,según contrato de 30 de abril de 1923.
Después de las reformas pasó a Tercera Situación, donde se colocó bajo el mando del Capitán de Fragata Ramón Martí­nez y Del Moral, su primer comandante.

En 1925 comienzan los viajes del Galatea y por real orden de 14 de abril de 1926 se prueba el reglamento provisional para el ingreso y régimen de las escuelas de aprendices marineros especialistas, donde establece que el Galatea, junto con el Carlos V y el Nautilus quedan asignados a esa escuela. Hasta 1928 fué relevado por el Juan Sebastian Elcano en tareas de aula a flote, sustituyendo luego al Nautilus como Buque-escuela de maniobra. Por entonces le cambiaron los motores por unos diésel Atlas-Polar de 800cv y 100kw cada uno, dotándolo además de un grupo de emergencia con corriente contí­nua capaz de desarrolar 40 cv y 25 kw.

En el Arsenal Militar de Ferrol:En su periodo de vida intermedio hay dos hechos relevantes: el primero en el verano de 1936 al estallar la Guerra Civil, estando en la mar con 49 guardiamarinas y 160 marineros consigió llegar a Ferrol burlando las posibles situaciones de bloqueo que podí­a tener en su derrota.
El segundo en la II Guerra Mundial cuando fué seguido durante horas por un submarino alemán que navegaba cerca de su banda de estribor. Parece ser que los alemanes no se podí­an resistir a su silueta navegando. Hay que recordar que durante esos años llevaba en sus costados pintadas grandes banderas de España para distinguirse entre los demás barcos de paí­ses enfrentados en guerra.Ya de color blanco como Buque Escuela y con la bandera en un lado: Durante la postguerra el número de aprendices descendió por razones lógicas y el barco llegó a navegar con solo ocho estudiantes según un parte de operaciones del año 1941.
A partir de 1946 el número de alumnos crece y comienzan las navegaciones por el Atlántico y Mar del Norte y visitas a puertos ultramarinos como San Juan de Puerto Rico,Savannah o Nueva York.
En ese año de 1946, el 3 de octubre en uno de sus cruceros de instrucción, mientras iba de las Azores a Santa Cruz de La Palma sufrió un ciclón con vientos de mas de 175 km/h que pudo suponer el fin del barco, pero afortunadamente aunque destrozado se mantuvo a flote pese a sufrir escoras de 42º y meter varias toneladas de agua en su cámara de motores. Aquí­ se salvo de esa grave situación, pero luego vendrí­an otras mas graves y no precisamente en el mar.

Cuando se transformó en buque-escuela hubo de ser lastrado a fin de bajar el calado y tener una altura adecuada entre el centro de gravedad y el metacentro para mejorar sus condiciones marineras, pero ese lastre, que se hizo aplicando cajonadas de cemento a la sobrequilla y soldando a las planchas del costado lingotes de metal de varias toneladas de peso, impedí­a sobre todo en los últimos años un tratamiento adecuado de las planchas cuando se hací­an reparaciones en la obra viva. Por ello y al mal estado de los fondos del barco, el alto mando decidió que quedase amarrado en el Arsenal Militar de Ferrol cuando hiciese su último viaje el 15 de diciembre de 1959.

Por orden ministerial de 26 de diciembre pasa a primera situación,quedando como pontón-escuela de maniobra. De allí­ pasarí­a a la Estación Naval de La Graña,dentro de la misma rí­a y seguirí­an formándose los futuros contramaestres hasta mediados de los años 70.Desde ese momento comenzó una larga historia de buenas voluntades y despropósitos continuados que estuvieron a punto de terminar con la vida del ya longevo buque. La Marina de Guerra no se decidí­a a ordenar su desguace, porque habí­a infinidad de voces que se oponí­an a esa despiadada idea. Mientras tanto van desapareciendo cosas del barco, puede que mas a la nostalgia que al afán de lucro y se impone tomar una rápida decisión respecto a su futuro. Empiezan las especulaciones y posibilidades, pero mientras tanto, el Galatea va perdiendo sus portillos de bronce, la placa del mismo material que adorna la cámara del comandante, la bomba real de achique, motones, cabilleros, etcetcetcetc.....................

En mayo de 1980 debido al mal estado en que se encontraba,tuvo que ser desalojado y nunca mas recuperarí­a su porte. ¡Un final triste! Incluso el presidente de la hermandad de marineros voluntarios elevó una propuesta al ministro de Marina Sr. Nieto Antúnez, que querí­a partir el barco y llevarlo a Madrid al lago de la casa de campo,pero afortunadamente la "idea" no prosperó.
Saliendo del dique despues de la última reparación del casco en 1982:Tras un largo periodo de inactividad se hizo una reparación de las planchas del casco en los astilleros de Bazán en julio de 1982.
Mientras se hací­an un sinfí­n de maniobras como por ejemplo buscar un método de salvamento con contactos con la Royal Navy, otros como el almirante Martel Viniegra hizo unas gestiones para que el Galatea quedase a flote y en España, al menos por unos años.
En 1984 se interesaron por el barco ciudades como Sevilla, Barcelona, Santander, Palma de Mallorca y Ferrol, claro esta, siendo nosotros los que mas derechos históricos tení­amos sobre el Galatea.La idea del almirante era adaptarlo para centro de comunicaciones en la expo de Sevilla, teniendo previsto su amarre junto a la Torre del Oro (en fin...).
Se creo el patronato de San Telmo en el que estaban personalidades de todos los ámbitos de la sociedad de finales de los años 80.
Tristemente, a finales de septiembre de 1985, el Galatea se va remolcado de Ferrol, el almirante hizo la travesí­a completa de cuatro dí­as enrolado como simple marinero y con el riesgo de transportar un casco tan deteriorado si las condiciones climáticas no era buenas. Pero las condiciones fueron buenas y el barco llegó a Sevilla. Una vez allí­ todos los proyectos se fueron al traste y con el paso del tiempo la estampa era lamentable: los palos ya no estaban en su cubierta, su mascarón desapareció y faltaban muchí­simas piezas.
Las negociaciones fracasaron porque la reparación era muy cara y el Galatea quedó atracado en los muelles de Astilleros Españoles, donde sufrió dos incendios y una inundación que le hizo varar en el lecho del rí­o. Hubo otros intentos de salvarlo que quedaron en eso,en proyectos.Sobran las palabras... Con casi dos metros de agua en sus bodegas y las planchas inservibles,se decidió su venta en pública subasta.
El 26 de febrero de 1992 no se pudo adjudicar por problemas legales y afortunadamente su ciudad natal se acordó de el y por medio de suscripciones voluntarias y otros sistemas de recaudación de fondos, consigió salvar al buque de un inminente desguace para chatarra.

El 31 de marzo se vendió en segunda subasta ¡POR 8 MILLONES DE PESETAS! al Clyde Maritime Trust, pagándose la factura el 30 de junio, momento en el que dejó de pertenecer al patrimonio español.Esta noticia causó alegrí­a por la salvación aunque también pena por la marcha a su paí­s de orí­gen, comprendiendo, que estamos a años luz de otros paises que salvaron barcos distinguidos como el Cutty Sark en Inglaterra, el Rickmer Rickmers en Alemania o el Vaasa en Suecia.
Desde Escocia se mandó un dique flotante a Sevilla y el 1 de junio de 1993 zarpó a Glasgow, su primer puerto de orí­gen y el último de destino. El viaje duró nueve dí­as y el 6 de julio fué rebautizado como Glenlee.
A partir de entonces comenzaron las obras de restauración, con la idea de dejar una parte, un sollado de Guardias Marinas, como recuerdo a su paso como buque escuela. Se hizo una inversión de 2 millones de libras y se consigió la completa restauración.

En España aún se conservan vestigios: la Escuela Naval de La Graña conserva el mascarón de proa y un pescante de botes completo. En el museo naval de Ferrol se conservan la mesa y las sillas de la cámara de oficiales, así­ como la bomba real y los puños de las velas de capa del buque. En el Museo Marí­timo de Barcelona se conservan los muebles de la cámara del comandante, que no son los orí­ginales, pues se cambiaron en 1941.Pero todos estos recuerdos no llenan el vací­o del Galatea.
Editado por Prioiro en 29-mar-2008

LA PALMA ZOOM

Autores: Carlos Virgili
Editores: Barcelona : Risck, 2003
Año de publicación: 2003
Edición: 1ª, 1ª Reimpresión
País: España
Idioma: Español
ISBN: 84-607-8534-3

Carlos Virgili es sin duda uno de los más reconocidos y premiados fotógrafos españoles dedicado al siempre espectacular tema de la fotografía submarina.Fotógrafo incansable, ha sido Campeón de España de Vídeo y Fotografía Submarina, en las categorías Individual y por Equipos, obtuvo dos medallas de bronce en el Mundial de Fotosub de 1996, y ha ganado numerosos premios de Foto y de Videosub, tanto en España como en el extranjero. También ha conseguido la Copa y el Campeonato del Mundo de Videosub.Autor de diversos libros de viajes y fotografía