El nombre científico de la lubina es Dicentrarchus labrax. La lubina pertenece a la familia de los Serránidos, orden Perciformes.
También se conoce con el nombre de róbalo y llobarro.
La lubina es un pez cuya área de distribución es muy amplia, se extiende por el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, desde Canarias hasta Noruega. El cuerpo es alargado, mide entre 10 y 90 cm de longitud, con los labios carnosos y en el ángulo superior del opérculo hay dos espinas cortas.
Color plateado brillante más plomizo sobre todo en el dorso y con irizaciones verde oliva. Cuerpo robusto, alargado y ligeramente comprimido que lo configura con una línea estilizada.
La cabeza no es grande, disponiendo de una gran boca en la que sobresale su mandíbula inferior. Está provista de finos dientes tanto en el vómer, el paladar y la mandíbula.
Tiene gran preferencia por las aguas oxigenadas, aunque puede penetrar en aguas dulces.
La época de puesta ocurre desde enero a marzo, por lo que es probable que la hembra realice varios desoves durante ese periodo.
Es muy voraz y come crustáceos, gusanos, peces, erizos de mar y otros animales marinos. Muy apreciado por su valor culinario y en la pesca deportiva.
Cada hembra puede llegar a poner hasta 250.000 huevos por kilo de peso. El desove es espontáneo o inducido y toda la puesta es expulsada en solo 2 ó 3 días. Durante su primer mes de vida se alimentan de organismos vivos.
Es un pez litoral, por lo que su profundidad abarca desde el mismo rompeolas costero 0 metros.
Los fondos en los que caza son indistintamente arenosos o rocosos, siendo su lugar predilecto las desembocaduras de los ríos y sobre todo los puertos, dársenas, pantalanes y escolleras.
No es desconfiado sin tan siquiera molestarle los ruidos de motores y trasiego de embarcaciones.
La lubina al ser un depredador abarca un amplio abanico de especies en su dieta. Se alimenta tanto de algas, como de gambas, gusanos y cualquier pez de pequeño tamaño que se ponga en su camino. Siente predilección por los mújones y pequeñas anguilas (se introduce en aguas salobres para la caza de las mismas).
Los ejemplares de gran tamaño son bastante solitarios, mientras que en períodos juveniles se reúnen en bancos.
Se la persigue desde costa o embarcado (currican de superficie), pero siempre hay que buscarlas en muy poca profundidad y con buen movimiento de olas. Es tal la poca profundidad que requieren que las he llegado a ver varadas en la arena, tras retirarse las olas, y volver al mar con la siguiente ola.
Se le debe buscar en rompientes, donde el agua forme un fuerte espumaje y remolinos. Se suele indicar que los fondos idóneos son los de arena, pero no es en verdad cierto, ya que admiten fondos pedregosos , islotes con buenos caños arenosos, bolones y guijarros. En la pesca desde costa se la debe buscar en el depósito o acúmulo de nutrientes tras el rompeolas.
El róbalo admite una gran cantidad de cebos, desde las tiras de cefalópodos a gusanas, bivalvos (sin concha) y sardinita pequeña. (anzuelada con aguja y de unos 6 a 7 cms de longitud). Este último cebo muy recomendable.
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